El poder de la fotografía y el diseño

Dice Yeray Menéndez (Avilés, 1982) que cree firmemente en que una imagen vale más que mil palabras, una afirmación nada extraña teniendo en cuenta que proviene de un diseñador gráfico y fotógrafo profesional. Lo interesante es que su imagen, no como autor sino como protagonista, confirma esa máxima porque en ella se ve que Yeray derrocha confianza y seguridad en sí mismo. Y no parece además ser consecuencia del camino construido sino más bien innato y reforzado, eso sí, con la creencia de que todos destacamos siempre en algo, otra de sus creencias.


Realizando uno de sus trabajos, en 2013.


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Nacido en Avilés, pero vecino de Tamón (Carreño) su vida siempre ha estado muy vinculada a Corvera y a Avilés por sus estudios primero y por su trabajo después. Su interés por la tecnología le llevó a estudiar un grado de FP de informática, cuyas prácticas realizó en el Ayuntamiento de Avilés. La sorpresa fue descubrir que no estaban relacionadas con sus estudios, así que tras quejarse le mandaron digitalizar el archivo fotográfico municipal. Fue solo mes y medio, pero muchos días se quedaba un buen rato más al terminar mirando aquellas instantáneas. Aquello debió hacer pensar a su tutor en el Ayuntamiento que le gustaba la fotografía, aunque él por aquel entonces aún no lo había descubierto, que le entregó un folleto de la Escuela de Arte.

Yeray pasaba mucho tiempo delante del ordenador y siempre se había considerado creativo, así que se matriculó en Diseño Gráfico y allí se despertó su gusto por la imagen y comenzó a llevar la cámara de sus fotos en sus salidas como si fuera una riñonera. Siempre con él. Tras concluir los estudios, trabajó cuatro años como diseñador gráfico de moda en Joluvi tras los que decidió volar en solitario. Confianza, seguridad y libertad. La tercera característica de Yeray. Le gusta hacer y deshacer a su antojo. Tener flexibilidad para decidir, aunque eso implique asumir en solitario la responsabilidad de sus errores.


De niño, con el ordenador.


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Se estableció como autónomo sabiendo que quería encaminar sus pasos a la fotografía de empresa, pero también quiso meter al deporte en la ecuación y cubrió varios años algunos campeonatos nacionales y mundiales de la Federación Española de Triatlón. Paralelamente y tras establecer contacto en la Escuela de Arte con la ONG Agua de Coco, viajaba a Madagascar a ilustrar su trabajo.

Ganó un Premio Goya en 2013 en la categoría de fotografía, en 2015 obtuvo la Cámara de Oro como mejor fotógrafo europeo y en 2016 ganó la medalla de plata en la Copa del Mundo de Fotografía. Corvera, además, lo distinguió como uno de los Corveranos Ejemplares en 2017.


En Madagascar, país al que está muy vinculado.


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Los premios han venido a avalar una trayectoria construida a base de talento, ganas y trabajo porque a Yeray le cuesta estar parado. Ahora tiene con un socio la productora Artlight y, con otro, una Escuela de Fotografía en Gijón. Y, por si le faltaran frentes, organiza viajes personalizados con Experiencia Madagascar, un proyecto con vertiente solidaria.

La adrenalina la vuelca en el Crossfit, del que no se pierde un entrenamiento.

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